Una ardilla púrpura es un término utilizado en el sector de la contratación para describir a un candidato que es tan ideal para un puesto que casi resulta difícil localizarlo. Esta palabra se utiliza con frecuencia cuando una empresa busca a la persona perfecta para cubrir un puesto.
Siga buscando a los individuos deseados: Si necesita con frecuencia un tipo concreto de individuo, debe buscarlo continuamente. Si localiza a un candidato pero en ese momento no tiene una vacante, es posible que desee averiguar cómo incorporarlo para estar preparado para futuras necesidades. Aunque no esté contratando, pida a sus empleados que le informen de cualquier persona cualificada que encuentren a través de redes de contactos y actividades profesionales. Asista a esos actos para conocer a posibles candidatos y establecer vínculos con ellos. Formar parte de una comunidad de talentos simplifica considerablemente la contratación.
Ayude a sus empleados a ser más violetas: Desarrolle su plantilla. Identifique las perspectivas internas de formación y oportunidades de ascenso. Puede evaluar fácilmente sus puntos fuertes y características blandas, como la motivación y la capacidad de trabajo en equipo. Además de crear una reserva de talento para promociones internas, promocionar desde dentro sube la moral de los empleados.
Considere la posibilidad de utilizar instrumentos de evaluación de la personalidad: Incorpore el rigor científico a su contratación externa y desarrollo de personal. Obtendrá más información sobre las decisiones de personal al colaborar con profesionales de la evaluación para determinar los atributos de personalidad de los empleados con éxito en el puesto considerado. Invertir en el desarrollo profesional de las personas con más talento da sus frutos.
Establezca la empresa como un empleador de elección: para atraer a las ardillas púrpuras o incluso a las grises más esponjosas, su empresa debe ser considerada un lugar deseable para trabajar. Respete a los candidatos, ya que los que no están en lo más alto de la pila de currículum en este momento, pueden convertirse en contrataciones muy deseadas en el futuro. Ayúdeles a aspirar a formar parte de su equipo cuando alcancen mayores cualificaciones.
No es imposible contratar a la ardilla púrpura, aunque puede resultar difícil. No espere a que se produzca una emergencia de contratación. La clave del éxito es diseñar un programa que reclute ese talento de forma continua. ¿Por qué esperar para empezar?
Esta hipótesis se aplica a la ardilla púrpura. El empleado que se identifica como la ardilla púrpura es capaz de gestionar todo tipo de obligaciones casi al instante sin ninguna dificultad. El hecho de que sea capaz de manejar y desempeñar las distintas responsabilidades enumeradas en la descripción del puesto sin haber recibido ninguna instrucción que le guíe y perfeccione demuestra la extraordinaria habilidad que posee.