Los empleados suelen trabajar 8 horas al día (40 horas semanales) o 7,5 horas al día (37,5 horas semanales). Se suele trabajar de lunes a viernes, inclusive, entre las 08:00 o las 08:30 y las 17:00 horas. Hay dos pausas pagadas de 15 minutos durante la jornada: una por la mañana y otra por la tarde.
Algunos grupos profesionales requieren que sus empleados trabajen en turnos con periodos de descanso que pueden caer en días distintos del sábado y el domingo o con horarios que pueden diferir de la norma.
Aunque la semana laboral típica es de ocho horas diarias, de lunes a viernes, algunas empresas ofrecen una semana laboral de cuatro días que prolonga cada jornada dos horas más. Estas organizaciones, entre las que se encuentran varios departamentos federales y estatales, consideran las jornadas de 10 horas como "horas estándar". Los empleados son compensados con un fin de semana de tres días a cambio de estas jornadas más largas.
Si un empleado trabaja una semana laboral normal, que suele considerarse el número máximo de horas regulares a la semana, se considera que está empleado a tiempo completo.
La semana laboral típica en Estados Unidos es de 40 horas, según especifica la Ley de Normas Laborales Justas (FLSA).
Cualquier empleado que permanezca en plantilla durante ese periodo debe recibir una compensación por sus horas extraordinarias, que debe ser al menos 1,5 veces su salario por hora.
La mayoría de las ventajas de la empresa, como las vacaciones, la baja por enfermedad y el seguro médico, están disponibles para los trabajadores a tiempo completo.
La jornada laboral ordinaria de empresarios y trabajadores puede modificarse mediante acuerdo escrito entre las partes. El nuevo plan debe volver siempre a una media de 40 horas semanales, aunque puede ser cíclico durante un máximo de 12 semanas. No se requiere la aprobación de las normas de empleo para estos acuerdos.
Los empresarios pueden presentar una solicitud para modificar el horario de trabajo estándar mínimo (8 horas al día y 40 horas a la semana) por otro que se adapte mejor a las necesidades de su empresa. El nuevo horario puede repetirse durante unas semanas, pero siempre debe volver a una media de 40 horas semanales.
Normalmente, una persona trabaja ocho horas al día y cuarenta horas a la semana. El trabajo realizado después de estas horas se considera horas extraordinarias y debe pagarse a 1,5 veces la tarifa horaria habitual del empleado.
La mayoría de los trabajadores, incluso los que cobran el salario mínimo y tienen un empleo a tiempo parcial, reciben una compensación por las horas extraordinarias.
A la hora de determinar las horas extraordinarias, los días festivos generales se cuentan como horas de trabajo.
A la hora de calcular si un empleado tiene derecho a cobrar horas extraordinarias, las empresas no están obligadas a tener en cuenta las bajas por enfermedad o las vacaciones pagadas.
Los empleados no pueden hacer horas extraordinarias sin el conocimiento o la aprobación de su empleador. Si el empleador solicita, permite o reconoce la realización de horas extraordinarias, el empleado debe ser compensado con 1½ veces su salario habitual.
La exigencia de una cantidad específica de horas extraordinarias puede ser acordada tanto por los empresarios como por los trabajadores como parte de las condiciones de empleo. Salvo en casos de crisis declarada, las horas extraordinarias son opcionales o pactadas.
La semana laboral típica consta de 40 horas, es decir, ocho horas cada día. Por el trabajo realizado dentro de este horario, los empleados tienen derecho a percibir su salario por hora estándar. Si un empleado trabaja más horas de las requeridas, debe ser compensado con la tarifa de horas extraordinarias.
Los seres humanos llevamos trabajando desde el principio de los tiempos, ya sea para cazar y recolectar nuestra próxima comida o para arreglar un fallo en un programa. Sin embargo, un equilibrio más justo entre la vida laboral y personal ha sido una tendencia constante a lo largo de la larga y turbulenta historia de los horarios de trabajo convencionales. En la actualidad, la ética laboral, el compromiso con la empresa y, en ocasiones, incluso la producción se miden utilizando la semana laboral convencional de 40 horas, tanto por parte de los empresarios como de los empleados.
Las horas de trabajo típicas de una persona a lo largo de una semana laboral vienen determinadas por las horas estándar. Se considera la cantidad de tiempo que puede aumentar la productividad y la eficiencia laboral de una persona.