El reciclaje es el proceso mediante el cual las personas adquieren nuevas competencias para pasar a ocupar un puesto diferente en la empresa o para satisfacer las demandas cambiantes de una función actual. Suele producirse como resultado de avances tecnológicos o escasez de cualificaciones, cuando las antiguas funciones o actividades de un empleado se quedan obsoletas.
El proceso de recualificación implica una serie de aspectos intrincados. Pueden ser desde el grado de motivación de una persona hasta un formador concreto o la inversión de la empresa. Para las iniciativas de recualificación, las empresas deben establecer objetivos precisos y hacer un seguimiento frecuente de su evolución.
La reconversión profesional es crucial por varias razones, entre las que destaca el hecho de que le permite retener a los empleados más comprometidos de su empresa.
La epidemia de Covid-19, la automatización robótica de procesos (RPA) y la inteligencia artificial (IA) han transformado nuestra forma de ver las tareas de los empleados.
Además, todos estos factores ponen de relieve lo crucial que es ahora más que nunca reciclar al personal.
El reciclaje permite a las empresas retener a su personal y, al mismo tiempo, colocarlo en puestos más valiosos que beneficien a la organización. Los empleados seguirán necesitando vacantes después de la epidemia, y esos vacantes no tienen por qué estar necesariamente en un sector o organización diferentes.
Los empleados pueden mejorar y desarrollar sus competencias actuales mediante la recualificación para seguir trabajando y siendo productivos.
La reconversión profesional de los empleados es una tarea difícil que requiere una preparación estratégica, sobre todo cuando incluye su traslado a campos más técnicos. Las organizaciones pueden adoptar estas medidas para posicionarse de cara al éxito.
Dar prioridad a las competencias más importantes: Las empresas deben clasificar los talentos más esenciales para su éxito futuro, como los relacionados con las tecnologías emergentes o los canales de comunicación. Deben centrar sus esfuerzos de financiación y formación en aquellos sectores en los que es más probable que la recualificación cubra una necesidad crítica en este momento.
Reconocer a las personas con aptitudes transferibles: Aunque el objetivo de la reconversión profesional es dotar a los empleados de conjuntos de habilidades totalmente nuevos, el procedimiento es considerablemente más fácil si los empleados tienen alguna experiencia previa en el campo. Las empresas pueden empezar por recopilar una base de datos de las capacidades que están representadas en toda la empresa. A continuación, pueden elegir a los empleados que pueden pasar más fácilmente a los nuevos puestos utilizando esta información tanto para detectar lagunas en las capacidades como para hacer selecciones de personal.
Fomente la reconversión profesional: Para muchos empleados, la idea de adquirir un conjunto de habilidades y funciones totalmente nuevas puede resultar abrumadora. La mejor manera de asegurarse de que los trabajadores se dan cuenta de que la reconversión profesional es el mejor camino hacia la longevidad en la empresa y el sector es mediante una comunicación clara. También deben ser conscientes de que recibirán apoyo durante todo el proceso.
Impartir programas y cursos formales a los empleados: Aunque hay muchas oportunidades excelentes para la formación interna, la formación formal y externa puede ser la mejor opción para desarrollar nuevos conjuntos de habilidades dentro de una empresa.
Ofrezca rotaciones y oportunidades de formación cruzada: Los empleados pueden probar un nuevo puesto y determinar lo que necesitan aprender a través de rotaciones departamentales o asignaciones a proyectos específicos si ya existe un conjunto de habilidades concretas dentro de la empresa.
La mejora de las cualificaciones es el proceso de enseñar o aprender nuevas competencias a los empleados.
El proceso de recualificación implica aprender nuevas habilidades para hacer un trabajo diferente o formar a otros para que lo hagan.
Los empresarios pueden hacer frente a lo que se prevé que se convierta en una escasez persistente de cualificaciones utilizando cualquiera de estas dos estrategias viables.
El reciclaje implica buscar personas con "capacidades adyacentes" que sean similares a los nuevos talentos que necesita su organización . Ofrece una oportunidad de aprendizaje lateral que puede ayudar en la amplia reconversión que necesitan los trabajadores en la mano de obra moderna.
Por otro lado, una cultura de mejora de las competencias implica formar a los miembros del personal en nuevas y sofisticadas habilidades para cubrir las carencias de talento. Implica mantener a los miembros de su equipo comprometidos con la formación continua y, al mismo tiempo, ayudarles a progresar profesionalmente.
Hacer de la recualificación un componente básico de su empresa es esencial para colmar las lagunas de cualificación de los empleados y garantizar que su empresa se encuentre en la mejor situación posible para triunfar independientemente de cómo evolucione el lugar de trabajo.
Dado que las nuevas capacidades hacen que una persona esté más cualificada para tareas flexibles o de mayor nivel dentro de organización, la recualificación ofrece a los empleados una mayor probabilidad de permanecer en la empresa. Los empleados que se reciclan tienen más posibilidades de ampliar sus competencias y ascender en la empresa en el futuro, además de conservar su puesto de trabajo en organización.
Sin embargo, es importante tener en cuenta los antecedentes de los empleados a la hora de desarrollar programas de reciclaje.