Una carta oficial de la empresa al empleado se conoce como carta de oferta. Es una carta en la que se indica que el candidato ha sido elegido para el puesto.
Es la primera carta oficial que una empresa envía a un empleado indicándole que se le ha hecho una oferta de trabajo.
Una vez que el candidato ha sido elegido para el puesto tras una entrevista, el empresario emite esta carta.
Se entrega tras la entrevista del candidato, una vez que la empresa ha elegido a la persona.
A diferencia de la carta de nombramiento, la carta de oferta puede ser aceptada o rechazada por el candidato.
Por una serie de razones, como empresario, debe extender una carta de oferta a un candidato elegido:
La empresa suele empezar el proceso de redacción de una carta de oferta decidiendo qué puesto quiere cubrir y qué rango de remuneración quiere ofrecer. A continuación, la empresa decidirá a qué candidatos ofrecer el puesto y se pondrá en contacto con ellos para saber si siguen interesados. Si un candidato manifiesta su interés por el puesto, la empresa redactará una carta de oferta de empleo en la que se detallarán la función, el salario, la fecha de inicio y otros datos cruciales. A continuación, la empresa se pondrá en contacto con el candidato a través de contacto para informarle de la oferta de trabajo y pedirle que firme y devuelva la carta.
Normalmente, una carta de oferta contiene los siguientes detalles:
Los términos y condiciones de una oferta de empleo se recogen en una carta de oferta, que es un documento crucial. Actúa como registro escrito del acuerdo entre el empresario y el empleado y es un medio formal de hacer una oferta de empleo a un empleado potencial. Una carta de oferta suele contener detalles sobre el puesto de trabajo, como el cargo, las responsabilidades, el salario y las prestaciones. También contiene la fecha de inicio, el periodo de prueba aplicable y la firma del empresario.
Porque ayuda a proteger tanto a la empresa como al empleado, una carta de oferta es crucial. Garantiza que las condiciones han sido acordadas por ambas partes y que no habrá sorpresas después. Si el trabajador decide abandonar la empresa, también puede servir como punto de partida para posteriores negociaciones.