El término Falta Grave se refiere a conductas, acciones o comportamientos de un empleado que pueden dar lugar a medidas disciplinarias y son lo suficientemente graves como para justificar el despido inmediato. La gravedad del acto cometido por el empleado puede destruir la relación entre el empresario y el empleado.
Las faltas graves pueden incluir fraude, violencia, robo, incumplimiento de los requisitos de seguridad, infracciones sanitarias, intoxicación y otras. La mala conducta también puede implicar daños a la salud o el bienestar de otra persona.
Hay una ligera diferencia, en comparación con la falta leve, que incluye llegar tarde con frecuencia, no terminar las tareas a tiempo o ejecutar mal las tareas. Sin embargo, si se ha demostrado que el comportamiento del empleado es deliberado o un acto de negligencia grave, debe considerarse falta grave.
He aquí algunos ejemplos de falta grave; no se trata de una lista exhaustiva:
Es importante que cada empresa identifique lo que considera una falta grave y lo comunique a los empleados. Esto suele hacerse mediante políticas escritas, contratos de trabajo y manuales del empleado, a los que los empleados deben tener fácil acceso.
Siempre se aconseja a los empresarios que revisen con frecuencia sus políticas disciplinarias, para poder controlar las formas de mala conducta grave. Algunas formas de mala conducta a tener en cuenta en la era moderna son el ciberacoso y la privacidad del software.
El departamento de RRHH o el asesor jurídico deben intervenir siempre en las situaciones de falta grave. Se aconseja a los empresarios que realicen comprobaciones exhaustivas de los hechos antes de definir la falta grave. Si se demuestra que el empleado ha cometido una falta grave en organización, pueden adoptarse medidas disciplinarias contra él.