La distribución forzada es un controvertido método de evaluación del rendimiento que obliga a los directivos a clasificar a los empleados en función de su rendimiento en una curva predeterminada. El objetivo de este método es identificar a los empleados con mejor rendimiento, a los de rendimiento medio y a los de rendimiento inferior dentro de un equipo o organización. Aunque tiene sus partidarios, la distribución forzada también tiene sus detractores debido a su posible impacto negativo en la moral y la motivación de los empleados. En este artículo nos adentraremos en los detalles de la distribución forzosa, examinaremos sus pros y sus contras y daremos una idea de cómo puede afectar a las organizaciones y a sus empleados.
La distribución forzada es un método utilizado por las organizaciones para evaluar y diferenciar el rendimiento de los empleados en equipos o departamentos. Su objetivo es identificar a los empleados de alto rendimiento, a los de rendimiento medio y a los de bajo rendimiento en función de una escala o unos criterios predeterminados. Este sistema de clasificación ayuda a las organizaciones a tomar decisiones fundamentadas sobre ascensos, recompensas y oportunidades de desarrollo.
La implantación de un sistema de distribución forzada implica varios pasos. En primer lugar, las organizaciones definen los criterios y las expectativas de rendimiento para cada categoría. Estos criterios pueden incluir objetivos específicos, competencias o indicadores clave de rendimiento (KPI) que se ajusten a los objetivos de organización. A continuación, los directivos evalúan el rendimiento de los empleados en función de estos criterios y los asignan a la categoría adecuada.
La distribución forzosa ofrece varias ventajas a las organizaciones:
En conclusión, la distribución forzada es un sistema de gestión del rendimiento que obliga a los directivos a clasificar o puntuar a los empleados basándose en una distribución predeterminada, que suele utilizar una curva de campana. Esta práctica ayuda a las organizaciones a identificar a los empleados de alto rendimiento, a fomentar la mejora continua y a tomar decisiones informadas sobre ascensos, compensaciones y oportunidades de desarrollo. Comprender el concepto de distribución forzada es crucial para que los profesionales de RR.HH. apliquen eficazmente las prácticas de evaluación del rendimiento e impulsen el éxito de la organización.