En el mundo de los RR.HH. circula mucha jerga y, a veces, términos como "equidad" e "igualdad" pueden confundirse. Aclaremos la confusión y entendamos qué significa realmente cada uno de ellos en el ámbito de los RRHH.
La equidad en RRHH tiene que ver con la imparcialidad y la justicia en el trabajo. Significa reconocer que las personas tienen necesidades y orígenes diferentes y asegurarse de que todos reciben las mismas oportunidades y el mismo apoyo. ¿Cuál es el objetivo? Nivelar el campo de juego y hacer que el lugar de trabajo sea inclusivo y de apoyo para todos.
La igualdad es más sencilla: consiste en tratar a todos por igual y darles las mismas oportunidades. Se trata de eliminar la discriminación por motivos de raza, sexo, edad o discapacidad. Se trata de ser justos y de asegurarse de que nadie quede excluido o reciba un trato diferente por ser quien es.
a) Necesidades individuales: La equidad se centra en satisfacer las necesidades únicas de cada persona, mientras que la igualdad trata a todos por igual.
b) Enfoque de equidad: La equidad busca la justicia dando a cada uno lo que necesita para tener éxito, mientras que la igualdad lucha contra el trato injusto y los prejuicios.
c) Puntos de partida: La equidad acepta que las personas parten de lugares distintos y necesitan ayudas diferentes para alcanzar la justicia, mientras que la igualdad parte de la idea de que todos están en el mismo barco.
d) Enfoque: La equidad consiste en trabajar activamente para que las cosas sean justas, mientras que la igualdad se centra en tratar a todos por igual.
Tanto la equidad como la igualdad son muy importantes para que los lugares de trabajo sean diversos e inclusivos. Ayudan a hacer del trabajo un lugar más feliz y productivo para todos. Al promover la equidad y dar a todos una oportunidad justa, RR.HH. puede atraer a un grupo diverso de personas con talento y asegurarse de que todos se sientan valorados. Además, es importante cumplir las normas: RR.HH. tiene que atenerse a las leyes que prohíben discriminar o tratar injustamente a las personas.
Los profesionales de RR.HH. disponen de muchas herramientas para hacer realidad la equidad y la igualdad. Pueden organizar sesiones de formación sobre diversidad e imparcialidad, asegurarse de que la contratación y los ascensos son justos, crear grupos para empleados de distintos orígenes y realizar evaluaciones de rendimiento sin favoritismos. La clave está en revisar constantemente las normas de RR.HH. para asegurarse de que son justas para todos.
Hacer que la equidad y la igualdad funcionen en RRHH no siempre es fácil. Puede haber prejuicios ocultos, gente a la que no le gusta el cambio o personas que no entienden lo que está pasando. RR.HH. puede abordar estas cuestiones haciendo que todo el mundo se sienta incluido, enseñando sobre diversidad y prejuicios, y vigilando siempre las normas de RR.HH. para asegurarse de que están haciendo bien su trabajo.
En pocas palabras, la igualdad trata a todos por igual, mientras que la equidad reconoce que todos somos diferentes y se asegura de que todos obtengamos lo que necesitamos. Si se adhiere a las prácticas centradas en la equidad, podrá crear un lugar de trabajo justo, diverso y solidario, un lugar donde todos tengan las mismas oportunidades de brillar. Comprender y poner en práctica estas ideas es fundamental para crear un lugar de trabajo en el que todos se sientan valorados y respetados, lo que redundará en empleados más felices y en un mayor éxito general de organización .