Un nuevo empleado puede adquirir los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desempeñar con éxito su trabajo a través del proceso de orientación del empleado. El proceso de orientación suele incluir una explicación de la historia, la cultura y los valores de la empresa, una presentación de la dirección y el personal, un desglose de las obligaciones y responsabilidades laborales del empleado y un repaso de las políticas y procedimientos de la empresa.
El proceso de orientación de los empleados es crucial tanto para la empresa como para el empleado. Ofrece una base de comprensión del puesto que ocupa el empleado, la cultura de la empresa y las expectativas de ambas partes. Durante la orientación, el empresario puede evaluar las aptitudes del recién contratado y ofrecerle la formación necesaria. El empleado también puede hacer cualquier pregunta que tenga sobre el puesto o la empresa. Normalmente, la orientación incluye una visita a la oficina y una introducción a la historia, la misión y los valores de la empresa. El empleado también tiene la oportunidad de reunirse con su supervisor y conocer al resto del personal. La orientación permite que el recién contratado se sienta acogido y apoyado, y contribuye a su buen comienzo.
Los nuevos empleados conocen organización y sus requisitos durante la orientación. Además de una presentación de las personas con las que van a trabajar y del trabajo específico que van a desempeñar, suele incluir un resumen de la historia, la cultura, los valores y las ambiciones de la empresa. Además de dar a los nuevos empleados información sobre normas y procedimientos, la orientación suele incluir una visita al lugar de trabajo. El objetivo es proporcionar a los nuevos empleados los recursos que necesitan para tener éxito y hacer que se sientan como en casa y a gusto en su nuevo entorno.