La teoría jurídica utilizada para respaldar las prácticas de contratación de un empresario que afectan desproporcionadamente a un grupo de personas se conoce como "necesidad empresarial". El razonamiento parte de la noción de que una empresa puede tener justificaciones para utilizar políticas de contratación tan estrictas.
Las prácticas impulsadas por la necesidad empresarial son muy frecuentes hoy en día. A continuación se exponen algunos ejemplos de prácticas de contratación que pueden estar amparadas por las exigencias de la empresa:
Las empresas deben aportar pruebas convincentes de que los criterios de exclusión sólo están relacionados con el rendimiento laboral y no tienen un impacto desproporcionado para demostrar la necesidad empresarial.
Desde aquel caso, han surgido elementos importantes que pueden utilizarse para evaluar la legalidad de las prácticas de contratación y empleo. Los empresarios deben ser capaces de demostrar estos factores:
Influir en las decisiones de empleo basándose en la discriminación por edad, sexo, etnia y discapacidad está prohibido y es discriminatorio. Debido a estos métodos poco éticos y discriminatorios, los empresarios se ven obligados a hacer suposiciones y generalizaciones sobre los solicitantes basándose en esos rasgos indiscutibles.
Por supuesto, muy pocas empresas discriminarán deliberadamente por motivos de necesidad. Los profesionales de RRHH deben ser capaces de responder a las preguntas anteriores y demostrar que las políticas de contratación de su empresa no son discriminatorias en ningún sentido para prevenir mejor cualquier prejuicio involuntario. Anotar los procesos de contratación de la empresa e incorporar políticas y procedimientos que prohíban la discriminación durante el proceso de empleo.
Una teoría jurídica conocida como "necesidad empresarial" puede utilizarse para defender la decisión de un empresario de adoptar prácticas de contratación que perjudican desproporcionadamente a un grupo de personas. Esta teoría se basa en la idea de que el empresario tiene una buena razón para hacerlo, dadas las necesidades de la empresa. Estos criterios de contratación están permitidos cuando puede demostrarse que están "relacionados con el trabajo y son compatibles con las necesidades de la empresa", aunque la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) prohíbe normalmente el uso de criterios de contratación que tengan un impacto desproporcionado. En otras palabras, las organizaciones deben poder demostrar que las normas que emplean son esenciales para el buen funcionamiento de sus organizaciones.