El empleo a voluntad es un término que permite al empresario o al empleado poner fin a sus contratos de trabajo en cualquier momento y por cualquier motivo, sin obligación de avisos previos. Si bien este concepto proporciona facilidad y más libertad en el lugar de trabajo, también plantea interrogantes y preocupaciones. Este artículo pretende desmitificar el empleo a voluntad explorando su definición, pros y contras, y las consideraciones legales que lo rodean.
a. Ausencia de contratos de trabajo: En el empleo a voluntad, normalmente no existe un contrato de trabajo formal y escrito entre el empleador y el empleado. En su lugar, la relación laboral se basa en un contrato implícito, que puede ser rescindido por cualquiera de las partes en cualquier momento.
b. Flexibilidad para los empresarios: Los empleadores tienen la libertad de adaptarse a medida que cambien sus necesidades empresariales, la reestructuración organizativa y de solucionar los problemas de rendimiento o comportamiento de los empleados de forma inmediata.
c. Cese voluntario del empleado: El empleo a voluntad también proporciona a los empleados la libertad de abandonar un puesto de trabajo sin previo aviso ni razones específicas. Esto fomenta la autonomía individual y la capacidad de buscar nuevas oportunidades.
Aunque el empleo a voluntad es el escenario por defecto en muchos países, existen ciertas excepciones y limitaciones que ambas partes deben conocer:
a. Acuerdos contractuales: En algunos casos, el empresario y el trabajador pueden celebrar un contrato de trabajo por escrito en el que se establezcan los términos y condiciones específicos relativos a la finalización del primer contrato de trabajo que anule la presunción de voluntad voluntaria.
b. Convenios colectivos: Los convenios colectivos negociados entre los empresarios y los sindicatos también pueden establecer normas y procedimientos específicos para la rescisión, sustituyendo a los principios de empleo a voluntad.
c. Clases protegidas y leyes contra la discriminación: Los empresarios no deben despedir a un empleado por su pertenencia a una clase protegida, como la raza, el sexo, la religión o la discapacidad. La violación de las leyes contra la discriminación puede anular la relación a voluntad y acarrear consecuencias legales.
a. Consideraciones del empresario: Los empleadores deben actuar con cautela al despedir a los empleados que trabajan a voluntad. La correcta consideración de los problemas de rendimiento en documentación , el cumplimiento de los requisitos legales y el trato justo pueden mitigar los posibles riesgos legales.
b. Concienciación de los empleados: Los empleados deben ser conscientes de sus derechos y obligaciones en virtud del empleo a voluntad, incluida la libertad de renunciar o impugnar los despidos improcedentes. También deben conocer las políticas de empleo, manuales o contratos que puedan modificar el empleo a voluntad en sus circunstancias específicas.
En conclusión, el empleo a voluntad es una doctrina jurídica que establece que tanto el empresario como el empleado pueden poner fin a la relación laboral en cualquier momento, por cualquier motivo lícito o incluso sin motivo alguno. Este término es esencial que lo entiendan tanto los empresarios como los empleados, ya que sienta las bases de la relación laboral y afirma la flexibilidad y autonomía que existe en el proceso de contratación y despido.