En un lugar de trabajo diverso e integrador como el actual, todos los empleados deben ser valorados y respetados, independientemente de su raza, sexo o formación. Sin embargo, aún persiste un problema: el sesgo de afinidad. Se trata de un sesgo cognitivo por el que los individuos tienden a favorecer a las personas que son similares a ellos de alguna manera. En lugares de trabajo predominantemente homogéneos, puede tener un impacto devastador en la diversidad y la inclusión, así como en la moral y el rendimiento de los empleados.
Este tipo de prejuicio puede manifestarse de varias maneras, como contratar a alguien porque fue a la misma universidad que el responsable de contratación, o ascender a alguien porque comparte las mismas aficiones o intereses. También puede darse cuando un directivo sólo asigna tareas a empleados con los que se siente a gusto, pasando por alto a empleados más cualificados de distinta procedencia. Los cuatro tipos principales de sesgo de afinidad son: parecido a mí, sesgo de belleza, sesgo de confirmación y efecto halo.
El sesgo de afinidad puede ser difícil de reconocer, ya que puede ser subconsciente. Los signos más comunes son tener una mentalidad de camarilla, promocionar a empleados que comparten rasgos similares a los del jefe o despedir a otros que no encajan en la "cultura". Es importante reconocer y abordar estos prejuicios para crear un lugar de trabajo más integrador.
Para mitigar este tipo de sesgo, las organizaciones deben aplicar políticas que promuevan la diversidad, como las revisiones ciegas de currículum o los paneles de entrevistas diversos. Las empresas también deben considerar la posibilidad de impartir formación sobre el sesgo inconsciente para aumentar la concienciación al respecto en el lugar de trabajo. También es importante animar a los empleados a hablar si sienten que está presente para identificarlo y abordarlo.
Crear un espacio de trabajo inclusivo y diverso es esencial para una cultura empresarial positiva, el bienestar de los empleados y el rendimiento empresarial. Este tipo de sesgo puede impedir que una empresa alcance todo su potencial, provocando la división del equipo y la pérdida de perspectivas valiosas. Las empresas deben dar prioridad a la concienciación y la educación sobre el sesgo de afinidad para lograr un cambio real.
En conclusión, el sesgo por afinidad sigue siendo un reto importante en los lugares de trabajo actuales. A menudo, las personas no son conscientes de que lo practican, lo que dificulta abordarlo. Las organizaciones deben desempeñar un papel activo en la promoción de la diversidad y la inclusión y garantizar que sus empleados reciban formación sobre prejuicios inconscientes como el sesgo de afinidad. Mediante la aplicación de estrategias adecuadas y un cambio duradero, podemos trabajar para crear un espacio de trabajo verdaderamente inclusivo y diverso para todos los empleados.