Para que una empresa salga de la comodidad de la infancia, es vital que la plantilla no sólo esté preparada para el cambio futuro, sino que todos y cada uno de los empleados, especialmente en el nivel directivo, posean un conjunto específico de competencias.
Se trata de una cuestión de equilibrio. La jerarquía de la empresa, especialmente la de una pequeña empresa, requiere una distribución eficaz de las capacidades de liderazgo en todos los niveles. Y para que eso ocurra, los líderes empresariales tienen que identificar y orientar los conjuntos de habilidades más importantes para su equipo, tanto en el desarrollo de los empleados como a lo largo de la contratación.
Estas competencias son más importantes que nunca. Los volátiles cambios del sector de los dos últimos años pueden haber sido una lección de gestión de crisis, pero para que las empresas crezcan de forma significativa el año que viene, los líderes deben plantearse desarrollar y preparar para el futuro a su plantilla.
Material de liderazgo
Aunque tienen un valor incalculable para el crecimiento a largo plazo de una empresa, el desarrollo de un negocio es mucho más que la capacidad de liderazgo. El primer paso para lograr un crecimiento futuro consiste en definir los principales pilares del éxito de la empresa. Muy a menudo, estos pilares son conceptos básicos como estrategia, ejecución, personas y ingresos. Las empresas que desarrollan culturas empresariales intrincadas suelen construirlas sobre estos cimientos.
Estos pilares permiten a los líderes comprender mejor el talento que necesitan adquirir o desarrollar dentro del equipo directivo. Las habilidades básicas de liderazgo tienen que ver con factores situacionales, por ejemplo, comprender los retos, las cualidades y las habilidades que faltan dentro de un equipo en un momento dado y reaccionar guiándolos eficazmente.
La capacidad de evaluar y tomar decisiones claras es esencial cuando se está haciendo crecer un negocio. Un directivo debe ser capaz de reconocer dónde hay que cambiar las cosas y cómo se pueden racionalizar los procesos. Sin esta base, construir un lugar de trabajo y una estructura de equipo eficientes resulta difícil.
Perfil del gestor
Los empleadoressuelen tener dificultades para definir estos perfiles. Los puestos directivos de una empresa pueden incluir a menudo una variedad de funciones y responsabilidades, algunas de las cuales trascienden el ámbito al que están acostumbrados. Cada empresa es única, y los líderes necesitan identificar talentos que no sólo sean prometedores, sino también altamente adaptables y creativos. A tal fin, hay que dar prioridad a determinadas competencias para impulsar el crecimiento de la empresa.
Un líder eficaz debe esbozar primero la diferencia entre liderazgo y gestión. Un líder fuerte toma la iniciativa y establece el tono adecuado dentro de un equipo para que se pueda ejecutar la estrategia. Estos profesionales deben ser persistentes y flexibles, capaces de adaptarse al cambio y tener una gran intuición, así como inteligencia y conciencia emocional. Los directivos tratan con personas y las personas tienen sentimientos.
Dirija a las personas apoyándolas, en lugar de querer dirigirlas. Verás que tu equipo se desarrollará mucho más rápido de esta manera. Como dice el refrán chino: "Dale un pez a un hombre y tendrá comida para un día, enséñale a pescar y tendrá comida para toda la vida". A veces hay que mirar más allá del rendimiento y los números para entender los rasgos, la experiencia y las capacidades de gestión de una persona.
Plantilla preparada para el futuro
El directivo del mundo moderno ya no sólo debe tratar con los empleados. El papel ha crecido más allá de lo esperado, y los directivos son ahora responsables de actividades más complejas dentro de la empresa. Si los directivos quieren asegurarse de que su plantilla cuenta con las competencias adecuadas, cada miembro del equipo debe ser consciente de su posición y de sus oportunidades de crecimiento.
El cambio más directo al que pueden contribuir los directivos es ser transparentes con los trabajadores sobre las competencias necesarias para desempeñar con éxito un determinado puesto. Una vez que se haya trazado este mapa, se puede ayudar a colmar las posibles lagunas.
Y lo que es más importante, la transparencia con los empleados en cuanto a los objetivos de la empresa y las dificultades más esperadas e inesperadas del sector prepara a la plantilla para los retos futuros y los cambios repentinos del mercado. Para que la empresa esté preparada, su plantilla debe estar preparada para el futuro.
Sólo hay tres cosas que pueden impedir que alguien desempeñe su cargo y se convierta en directivo: la falta de las habilidades, los conocimientos o la motivación adecuados. La tarea de un líder consiste en identificar las carencias de una persona y ayudarla a progresar mediante un liderazgo situacional eficaz.
Formación y recursos
Uno de los mayores retos a la hora de desarrollar nuevos directivos en una empresa es encontrar el equilibrio adecuado entre los conocimientos técnicos y las habilidades interpersonales esenciales. Para preparar adecuadamente una plantilla para el futuro, los directivos pueden orientar a los empleados a lo largo de su desarrollo hasta convertirse en directivos eficaces.
Puede ser difícil determinar por dónde empezar, pero la tutoría y la formación de los empleados mediante recursos de terceros y ejercicios situacionales siempre muestran un cambio considerable. Al rodearse de las personas adecuadas, estudiar las necesidades de desarrollo y comprender cómo pueden mejorarse el rendimiento y la productividad mediante una comunicación sana, las empresas pueden apoyar a las personas en su desarrollo y en la puesta en común de sus ideas.
Aunque la transición de empleado a directivo no es un proceso que se produzca de la noche a la mañana, organizar sesiones individuales periódicas, proporcionar las experiencias adecuadas y garantizar la formación interna de todas las funciones puede contribuir en gran medida a fomentar el desarrollo de las estrellas en ciernes.
Gestión y delegación
Delegar es esencial para el crecimiento saludable de una empresa. Esto libera tiempo para los empleados en puestos directivos y garantiza que las tareas se distribuyan equitativamente dentro de la empresa. Las pequeñas empresas en el precipicio del crecimiento en 2023 deben desarrollar procesos de delegación de tareas para una gestión eficaz.
Aunque a algunos empresarios, directivos y empleados de alto nivel les resulta difícil delegar trabajo, sobre todo tareas importantes, es sabido que cualquier directivo que intente tenerlo todo bajo control fracasará. Tienes que demostrar a tu equipo que confías en ellos, para que ellos, a su vez, quieran demostrar que pueden hacer bien su trabajo. Aprender a delegar también consiste en desarrollar a tus empleados y destacar sus puntos fuertes.
Esto no siempre es fácil, ya que a la mayoría de las personas en esta posición les gusta tener el control de ciertas situaciones. Los mejores líderes saben que tienen tiempo para hacer avanzar su empresa y aumentar la productividad si delegan adecuadamente. Si cuenta con el equipo directivo adecuado, esto no debería suponer ningún problema.
Habilidades sociales
Las habilidades interpersonales, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la comunicación, son algunas de las cualidades más importantes en un puesto directivo. Algunos empresarios creen que estas habilidades no son tan importantes, mientras que otros dan más importancia a las dotes de liderazgo y a la personalidad individual del candidato.
La verdad es que se puede enseñar a alguien habilidades de liderazgo, pero no ocurre lo mismo con la motivación o la aspiración. Si un empleado está motivado para convertirse en líder, esto es, por supuesto, una ventaja.
Si no es el caso, puede que necesiten un empujón extra, para que lleguen a conocer su propio potencial.
Cada persona tiene sus propias motivaciones y objetivos. Ya sea la satisfacción, el estatus, el progreso, los logros o el reconocimiento. Los tres últimos son los principales motivadores para un directivo. Y aunque son importantes, la personalidad del empleado en cuestión desempeña un papel propio. Ascienda a la persona equivocada a un puesto directivo y será criticada o, peor aún, dimitirá porque está fuera de su alcance. El planteamiento correcto consiste en determinar las competencias básicas, tanto blandas como de otro tipo, y el potencial de una persona.
Es importante tener en cuenta que las industrias difieren en varios puntos. Las empresas pueden necesitar aptitudes de gestión únicas propias de su nicho. Para satisfacer esa necesidad, los líderes tienen que influir en el cambio dentro del equipo.
Sea flexible, fiable y asegúrese de reforzar a las personas. Hará que su personal sea más feliz y productivo. Hay dos cosas que un directivo debe saber distinguir bien: cuándo dirigir y cuándo prestar apoyo. Todo se reduce al liderazgo situacional. Si el empleado lo hace bien, será un gran directivo, y su papel en el crecimiento de la empresa más allá de sus humildes comienzos adquiere un valor incalculable.